lunes, 30 de junio de 2008

Cuando Odiseo Extraña

Tengo unas ganas inconfesables por gritar que te extraño, sí te extraño y a ti también y tan mal que me salen lágrimas al recuerdo. Me carga echar de menos, hasta esa construcción es horrible “echar de menos” la pienso por si sola y no la entiendo, no creo que sea por la hora (que por cierto madrugue) o por los nervios, es que en sí misma no tiene sentido, en cambio su opuesto sí lo tiene y cobra un significado totalmente exceso: “echar de más” demasía, mucho, tal vez el otro sería por oposición de carencia. Lógico.Como que el opuesto de extrañar sería entrañar como ex – en más entrañas. Es raro porque ex sería carencia y en demasía…afuera es poco, adentro…mucho.Recuerdo que todos los extremos son malos y es tan cierto que extrañarte y que me tengas chato con tú presencia es tan incontenible como hartarme con 7 paquetes de Sannenuss, son 7 porque soy de las que aguanto harto harto harto, no me canso ni a la primera ni a la segunda y aunque mi abuela dice que soy de mecha corta, eso es inaplicable con la paciencia y aguanto o espero más que Penélope, pero eso no evita que llore o que quiera verte. Porque sí quiero. Me dijiste que volverías cuando yo dijese:”soy yo, la Muriel” y bueno ahora lo digo y lo digo y lo vuelvo a decir “soy yo” y ahora se me ocurre ser como Odiseo que al pobre nadie lo reconoció cuando llego a su propia casa hasta que le vieron una cicatriz.¡Que miedo me da ser Odiseo! pero bueno en cicatrices…de esas no echo de menos.

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