jueves, 18 de diciembre de 2008

Por Inducción

“Cuando se reúnan en mi nombre dos o más yo estaré ahí”, no pude dejar de pensar en eso cuando el José lo relacionó con la demostración por inducción en matemática y de inmediato me acorde, demostrarlo en uno (1) es “trivial” como decía aquel profesor, sin embargo con dos o más quedaba demostrado el teorema…

Quizás su existencia y mi fe tienen la demostración matemática que siempre he querido descubrir, o tal vez se prueba que solo en sociedad es posible la creencia en Dios porque que uno solo lo considere puede que sea un loco, pero si una comunidad (tomando como comunidad a más de uno) lo cree se materializa.

Ver la Biblia como texto literario y descubrir las coincidencias, sus errores y demaces análisis intertextuales me da siempre un poco de resquemor, debe ser por toda mi educación católica que se contradicen con el concepto ficcional que le atribuyo a la literatura, pero a la vez me atrae mucho cuando salen esas investigaciones en el cable sobre asuntos o misterios bíblicos.

Siempre tengo esas contradicciones, esas piezas que no calzan, que no me permiten tener una opinión absoluta, es mejor así.